Yoga nunca cambiará tu forma ósea, y eso es lo que define nuestro máximo rango de movimiento articular. Cuando los huesos chocan o aprietan tejidos entre ellos hemos encontrado nuestro límite (sano y sin dañar el cuerpo). Por lo que si los huesos de dos personas tienen formas totalmente distintas, eso claramente (como hemos hablado en otro post) influye en su rango de movimiento.
Visualiza dos trozos de lumbares con diferentes anchura y largo de sus procesos espinosos (las proyecciones de los huesos subiendo verticalmente desde del cuerpo de las vértebras) y el espacio entre ellos.
Obviamente, la persona con los lumbares de la derecha, no va a tener la misma posibilidad de extensión de la columna (back bending) como la persona con los lumbares de la izquierda. Incluso con todos los otros factores siendo iguales, a eso me refiero que aunque los dos tienen la misma resistencia a la tensión en la parte delantera de sus cuerpos (abdominales flexibles) no van a llegar a la mismo extensión, ni deben.
Al lo mejor los dos empiezan a practicar juntos, con tensiones musculares parecidas y, aunque uno sigue avanzando, el otro no. Uno llega a la compresión, pero el otro no. Si se entiende eso, que hay variaciones de estructuras óseas, puedes llegar a moverte de una manera consciente, interna, respetuosa y honrando tu cuerpo. Uniendo esta práctica de asana física con la parte filosófica de la práctica. Es peligroso creer que cualquier cuerpo puede conseguir cualquier postura si lo intenta con suficiente disciplina. Eso acaba en lesiones, frustraciones y desarrolla relaciones externas e insanas con nuestros cuerpos.
Para ir conociendo las sensaciones de compresión, para ir conociendo tu cuerpo, estos son los que habitualmente están asociados con la compresión ósea:
Localización – Concentrado / localizado
Presión -Pesado / aplastante
Intensidad- duro
Duración / pulsaciones- constante / palpitante
Temperatura – fresco
Resistencia – atascado
Otras calidades de sensación que puedan incluir dolor – embotado / apagado.