… es la sensación de paz, de navegar en un mar en calma con la mirada puesta en el horizonte. Me ayuda a comprender que lo que está ocurriendo, lo que estoy sintiendo o la parte del proceso en que me encuentro en este momento, simplemente, está bien. Es para mi, tranquilidad, aceptación, armonía, una conversación a través de la respiración con mis raices.

Para mi el yoga es amor, comprensión, respeto y amabilidad, conmigo, con mis circunstancias y con los que me rodean.

Entro en mi esterilla y me lleno de energía, fuerza, flexibilidad y calma, no solo físicamente sino también en mi forma de vivir. Empiezo a practicar y baja el ruido de mis pensamientos mientras conecto con el momento presente dándole así un respiro y a la vez un soplo de energía a mi cuerpo, mi mente y mi espíritu.

Este texto pertenece a Lara Garrido, alumna en la formación de Agosto de Pure Yoga Canarias.

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