Tanto si somos practicantes de yoga como si somos profesores de yoga, nos encontramos con un amplia variedad de personas con características físicas, edades y aptitudes muy distintas, puesto que cada persona es única. Más que tratar de llegar a una asana perfecta, más que aumentar su flexibilidad o llevarlos a conseguir posturas difíciles, queremos crear consciencia de su cuerpo y ante todo, fluidez en la respiración. Para llegar a crear esta consciencia en cada uno de nosotros, es más que deseable y conveniente que tengamos unos conocimientos de los principios anatómicos y fisiológicos que subyacen en cada postura
Profundizando en el conocimiento del cuerpo, sus estructuras y funcionamiento, creamos una base sólida para cada asana y podremos llegar a comprender mejor cómo realizarla, de dónde parte el movimiento, qué partes del cuerpo intervienen más activamente, y por qué algunas personas pueden tener dificultades para realizarlas y otras no. Las nociones básicas del funcionamiento de algunas estructuras anatómicas del cuerpo son claves para el mejoramiento de la práctica del yoga.
Nosotros defendemos una práctica individualizada y adaptada a las características únicas de cada individuo, desviándonos de una línea de enseñanza o práctica basadas en la rigidez en las alineaciones o las pautas cerradas y colectivas.
Es por esta razón que queremos ampliar los conocimientos tanto de practicantes, que quieran crecer en su práctica personal, como de profesores, para comprender las estructuras corporales y como estas pueden llevarles a buscar distintas soluciones y adaptaciones para cada uno de sus alumnos.